Documentos por favor

Hace unos días tuve la mala idea de perder mi portadocumentos. Cédula de identidad, tarjeta del banco, carnet de obra social, registro de conductor, y otras que ya no quiero ni recordar... El perjuicio por semejante ocurrencia obviamente es enorme y se traduce en mucho tiempo, una cantidad de plata y la vergüenza de tener que asumir frente a dos docenas de personas que uno es un estúpido que no sabe cuidar sus cosas. Aunque, siendo honestos, no es raro que un ser humano pase en algún momento por la experiencia de perder algo, perdemos las cosas todo el tiempo. Pues bien, en el caso de que ese algo sea el portadocumentos el resultado es devastador pero ¿podría ser evitable?

Hoy la tecnología está en condiciones de brindar una respuesta efectiva y confiable para la cuestión de la información de identificación de una persona real. ¿Cuál es la finalidad última de un documento de identidad? Como su nombre lo indica, identificar a la persona. Creo que hoy en día es factible construir un gran sistema completamente automatizado para la identificación de personas, y brindaría algunos beneficios impensados ¿En qué consistiría este sistema? Dicho simplemente, se trataría de una gran base de datos global donde cada persona tendría un registro y le permitiría identificarse ante las autoridades además de llevar una especie de base de datos personal. ¿Qué necesitamos para implementarlo? En principio, sus dos pilares fundamentales serían: una red de información global, disponible en todo momento y con fácil acceso; y en segundo lugar, una forma automatizada de identificar unívocamente a un ser humano. El primer pilar ya está resuelto, se podría utilizar la red Internet, con algún protocolo seguro que permita la circulación de los datos fuera del alcance de personas malintencionadas. La aplicación de fuertes políticas de seguridad para este sistema es esencial, y dada su importancia está plenamente justificada. El segundo punto sería una forma de leer y almacenar un identificador único para cada persona, sería como una especie de extracción en tiempo real de un ADN digital que funcionaría como única prueba de identidad. Los esfuerzos de la tecnología en ese sentido están también bastante encaminados y ya existen sistemas que pueden identificar a las personas por medio de la huella digital o de la lectura del iris; sobrarán unos cinco años de investigación y desarrollo para que estos sistemas puedan pulirse y abaratarse, y para que puedan estar disponibles masivamente (por ejemplo, respecto de la lectura de la huella digital, un pequeño inconveniente que se debe resolver es el problema de la falsificación. No es que sea fácil falsificar un dedo pero sí lo es obtener un dedo desprovisto de dueño… por eso, junto con la lectura de la huella digital se deberán desarrollar mecanismos para que solo sean reconocidos dedos que pertenezcan a una mano, y la mano a un cuerpo).

En Argentina, hace algunos años, se ha implementado un Código Bancario Único (CBU) que permite unificar toda la información bancaria de cada persona real bajo un mismo registro. El sistema que estoy proponiendo, llevaría explota esta idea y la lleva al resto de los aspectos de la información de una persona. El "Sistema Global de Documentación Digital" podría almacenar toda la información disponible y pública acerca de una persona. No solo los datos de sus cuentas bancarias estarían registrados y disponibles, también su historia de crédito, su prontuario, su situación impositiva, probablemente su historia clínica podría estar disponible en el caso de que la persona sufra un ataque, los médicos que lo atiendan podrían disponer de esa información para establecer rápidamente el mejor tratamiento. Muchos pensarán que esto sería un abuso por parte del Estado y que mucha de la información no debería estar disponible, y tienen razón. La implementación de un sistema de esta naturaleza debe ir precedida de una profunda discusión acerca de qué tipo de información sobre una persona puede ser de acceso público, y qué información debe estar disponible sólo para algunas instituciones de la sociedad. Así, por ejemplo, en un operativo policial se podría acceder a la historia delictiva de una persona. Y por último, podría haber otra parte de la información personal que fuera accedida solo en forma condicional, por orden de un juez, ante una circunstancia especial o por expresa autorización de la persona. Por otro lado, y siguiendo los lineamientos que se expusieron en nuestra constitución, por la aplicación del habeas data, toda persona debería tener acceso instantáneo a cualquier información que se haya almacenado sobre él mismo, aunque probablemente, no tenga derecho para modificarla (por ejemplo, si se trata de hechos históricos sobre su vida que se encuentran debidamente documentados). La cuestión de que esto sea ahora posible no habilita su aplicación automática porque una tecnología como ésta puede tener profundas implicancias sociales, y son los actores de la sociedad y no los tecnólogos, los responsables por su aplicación.

Un sistema de estas características, además de evitarnos lo desagradable de perder y tener que renovar todos los documentos, permitiría simplificar muchas situaciones cotidianas. Por ejemplo, nadie ya nos pediría un documento para nada, bastaría con mirar una camarita, o apoyar el pulgar en un sensor para que automáticamente se produzca la identificación. Este sistema estaría disponible en todos lados, y para todas las instituciones o comercios que requieran nuestra identificación. En el aeropuerto, en el cajero automático, en las dependencias públicas, etc. Además, a partir de allí se podría hacer realidad el dinero electrónico. Uno podría identificarse con el pulgar en un comercio, de manera que se autorice a este a debitar un importe de mi cuenta y así comprar sin necesidad de llevar la plata y ni siquiera una tarjeta magnética. Por último, como aplicación adicional, cada uno tendría la posibilidad de almacenar información personal y privada, que solo pueda ser accedida por nuestros dispositivos de información y que nos permita tener una especie de "personalidad digital" que configure nuestros aparatos para trabajar como nos gusta, o que lleve un perfil de nuestras preferencias y nos acerque aquella información que nos interesa, etc. Las aplicaciones para este sistema son muchísimas y provocarían un salto innovativo en la administración de la información personal.

La creación de semejante archivo de datos personales de una sociedad cambiaría sensiblemente la relación entre los ciudadanos y las instituciones, otorgándole al Estado una función nueva: ser gestor y protector de los datos personales de sus ciudadanos, una función que resultará primordial y que integrará al Estado en el núcleo de la sociedad. Además, modificará nuestra relación con las máquinas, porque una vez más la información se pondrá al servicio de la persona, permitiéndonos que pensemos en cosas más creativas e importantes que, por ejemplo ¿dónde habré dejado el maldito portadocumentos?

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